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Boletín | Mayor capacidad de presión en la incertidumbre

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Un análisis periódico de la coyuntura hidrocarburífera

La fragilidad externa de la economía incrementó la capacidad de presión de un sector petrolero que atraviesa un proceso de transformación en materia de actores relevantes. 

Algunas compañías extranjeras están avanzando en la decisión de desprenderse de sus operaciones en Argentina. Estos cambios produjeron un movimiento que provocó que la lluvia de inversiones -que el gobierno pretendió incentivar con leyes y decretos- ocurriera, pero de modo inverso al imaginado: llovió de abajo para arriba.

 En los últimos meses la Inversión Extranjera Directa del sector fue negativa por 758 millones de dólares. Esto se vincula con una parte de la operación por la cual ExxonMobil dejó sus activos en Vaca Muerta en manos de Pluspetrol y, en menor proporción, de YPF. Cuando se produce una operación así, el BCRA registra la salida de dólares correspondiente al capital repatriado por la vendedora y, como contrapartida, y dado que la mayoría de las inversiones son financiadas por préstamos, el BCRA registra el incremento del endeudamiento de la empresa compradora. En el corto plazo, la pérdida de dólares por el capital repatriado es compensada por el ingreso de dólares por endeudamiento. Más adelante, la devolución del capital prestado, no tendrá contrapartida. 

Las exportaciones de crudo siguen creciendo y arrancaron 2025 en 227.000 barriles diarios, un 50% de incremento respecto al primer bimestre de 2024. El mercado externo sigue dinamizando Vaca Muerta, yacimiento que batió un nuevo récord de pozos conectados y produjo 447.000 barriles diarios de petróleo en febrero.

2024 cerró con el mayor superávit comercial para el sector energético en 18 años producto de un aumento de las exportaciones energéticas del 22% en conjunción con una reducción de las importaciones de combustibles y lubricantes del 49%. 

De este modo, exceptuando el año 2020 en el que las medidas de contención de la pandemia redujeron la demanda interna, los intercambios comerciales de energía implican un ingreso neto positivo de dólares por primera vez desde 2011, poniendo fin, al menos momentáneamente, al largo ciclo de pérdida de autoabastecimiento energético. 

Hay dos elementos que le otorgan robustez a este nuevo escenario. Nos referimos, por un lado, al incremento de las exportaciones de crudo, que pasaron de promediar 55.000 barriles diarios en la década 2011-2020, a 110.000 barriles en 2022, 135.000 en 2023 y 188.000 barriles diarios en 2024. Por otro, a la caída de las importaciones producto de la inauguración del Gasoducto Néstor Kirchner (renombrado Perito Moreno por el gobierno de Javier Milei). 

Sin embargo, también hay otros factores que le otorgan un carácter coyuntural a este escenario y que ponen en duda que el sector energético se pueda transformar en un permanente proveedor neto de divisas para la economía.